Una vez me pasó, hay una morra bien coqueta y bien putita que conozco desde chica, es mi vecina; y la encontré en una página; pues la pedí y como era agencia simplemente la mandaron, cuando llegó se quería morir porque si nos conocemos desde chavitos, al inicio no quería dar el servicio, estaba roja y muerta de pena y la convencí que sería nuestro secreto; ese palo me supo delicioso, super putita.