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Buena XP Natasha Experrys: Una Experiencia Gratificante, aunque no nueva para mi

Nombre / Agencia
Natasha independiente
Contacto
Telegram @Natashaexperrys
Precio
Encuentro de regalo
Tiempo acordado
2 horas
Rostro
4,00 estrella(s)
Busto
4,00 estrella(s)
Cuerpo
5,00 estrella(s)
Actitud
5,00 estrella(s)
Trasero
5,00 estrella(s)
Besos
Besos Apasionados
Oral
5,00 estrella(s)
Atención a los huevos
Si
Oral natural
Si
Desempeño Sexual
5,00 estrella(s)
Repetirías/Recomendada?
Así es
Saludos. Aunque llevo cuatro años en este "deporte extremo", nunca me había animado a escribir una reseña. Primero, porque son contadas las escorts con las que he estado, y segundo, porque suelo darle prioridad a amigas con derecho y parejas swinger.

El pasado jueves, cerca de las 4:00 p.m., entré al grupo de Telegram para ver qué nuevas carnes había y me encontré con una sorpresa: Nat estaba regalando un servicio con su pareja. Ella llevaba tiempo en mi lista de pendientes, así que no dudé en contactarla. Para mi fortuna, aún nadie había concretado el regalo, así que la cité a las 8:30 p.m. en Marbella.

Ya en la habitación, recibo la llamada de recepción, confirmo que espero a más personas y los nervios comienzan a aparecer. Minutos después, abro la puerta y ahí está Nat, saludándome con un beso. Tal como me la imaginaba: una MILF en toda la extensión de la palabra. Venía vestida con unos leggings que todavía no me puedo sacar de la cabeza; se le marcaba ese culo increíblemente delicioso. Detrás de ella, su pareja la sigue y después de una charla amena para romper el hielo, Nat se cambia para la ocasión.

Con movimientos sensuales y coquetos, se acerca a la cama y me invita a su lado. Me acerco y con una mirada provocadora me pregunta: "¿Estás listo para disfrutar tu regalo?" Solo asiento con la cabeza antes de besarla, recorriendo su cuerpo con mis manos: piernas, abdomen, cuello. Los besos apasionados suben de intensidad hasta que ella me pide que me quite el pantalón. Se inclina y comienza a darme un oral exquisito. No es ensalivado, pero sabe lo que hace y presta especial atención a los huevos.

En ese momento, su pareja se une para besarla y acariciarla, dándole prioridad a su placer y preguntando en todo momento si le está gustando. Se nota que lo que más le importa es que su mujer disfrute. Yo aprovecho para chuparle las tetas y acariciar su húmeda puchita hasta que, con voz entrecortada, me pide que me la coja. No hay forma de negarme. Me pongo el condón y lentamente se la meto en misionero, regulando la velocidad hasta que mis huevos chocan con fuerza contra sus labios. Sus gemidos son mi gasolina. No quiero parar.

Después de bajar un poco la intensidad y besarla, Nat me pide que la ponga en perrito. Se acomoda entre las piernas de su pareja y comienza a chupársela mientras yo disfruto del espectáculo: ese culo redondo y delicioso rebotando con cada embestida. No puedo resistirme, así que lo beso, lo lambo y le doy unas buenas nalgadas. Luego, con la verga bien dura, decido comerme ese culo. Ver cómo rebota con cada metida y sacada es simplemente perfecto.

Después de un buen rato de cambios de ritmo e intensidad, Nat me pide que me acueste boca arriba. Se monta sobre mí y comienza a cabalgarme mientras me besa. En ese momento, le dice a su pareja: "No voy a aguantar", y empieza a mover su cadera frenéticamente hacia adelante y atrás. Me mira y me pregunta: "¿Quieres que me venga?"

Mi respuesta es inmediata: "Sí, perra, quiero que te vengas."

Ella sigue moviéndose, gimiendo cada vez más fuerte, hasta que su cuerpo tiembla y se entrega por completo al orgasmo.

Ahora es mi turno de venirme. La pongo de nuevo en cuatro para darle como cajón que no cierra. Su pareja me pide que le dé más fuerte a su mujer, y yo lo hago con ganas, hasta que finalmente termino. Al sacarla, el condón está rebosante de leche, pero la noche aún no ha terminado. Nat se monta sobre su pareja para sacarle la última gota de placer.

Tras una ducha rápida, comenzamos el segundo round. Me da una rica mamada y luego me pide que se la meta. La pongo en perrito y vuelvo a perderme en ese culo que vuelve loco a cualquiera. Su esposo no deja de preguntarle si lo está disfrutando, y ella responde sin dudar: "Sí, soy su putita, quiero que me dé hasta que se me venga en mi."

Ese nivel de entrega me prende aún más. Sigo dándole con fuerza el tiempo necesario, hasta que termino nuevamente dentro de ella.

Se nota que ella lo disfruta genuinamente y que él está enfocado en hacerla gozar. Sin duda, una de las mejores experiencias que he tenido, y volvería a repetir sin pensarlo.
 
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