Aquí el caso es que no siquiera dije que es fea, solo bromee que está en el planeta equivocado. Quien me conoce y aprecia sabe que mi sentido de humor es irreverente, inoportuno y cáustico. Y no espero ser monedita de oro para caerle bien al ignorado. Todo lo contrario. Me importa poco si se molesta lo suficiente para insistir una y otra vez que diga que la señorita es bonita. Y eso solo se lo diré a la chica en la intimidad, si se llega a presentar la ocasión. Pero tampoco pierdo el sueño si no ocurre. Culos hay más que estrellas, y mujeres más bonitas se unirán a la fila del sexo servicio.
En fin, crei zanjado este tema, pero al parecer no lo está tanto. Por mi parte ya supere al abogado de escorts y planeo centrarme en reseñar no importa cuántos callos pise. Total, lo peor que puede pasar es la indigenacion, jajaja