Stefan Volich
Miembro Reconocido
- Nombre / Agencia
- Emilia Sanguinetti
- Contacto
- @Emilia_sanguineti Telegram
- Precio
- 2800 + extra anal
- Tiempo acordado
- 2 horas
- Forma de pago
- Transferencia
- Anticipo
- 500 voluntario para formalizar el acto.
- Rostro
- 5,00 estrella(s)
- Imagen (Photoshop/Filtros)
- Tal cual se ve en sus imágenes
- Busto
- 5,00 estrella(s)
- Cuerpo
- 5,00 estrella(s)
- Actitud
- 5,00 estrella(s)
- Edad aproximada
- 35
- Trasero
- 5,00 estrella(s)
- Besos
- Besos Atascados
- Oral
- 5,00 estrella(s)
- Atención a los huevos
- Si
- Oral con baba
- Si
- Oral a ella
- Si
- Oral natural
- No
- Anal
- Si, extra
- Extras
- Maneja más, pero es cuestión de preguntar.
- Desempeño Sexual
- 5,00 estrella(s)
- Repetirías/Recomendada?
- Sí
¿Cómo debería comenzar a relatar el encuentro con la señorita en cuestión?
Supongo que debemos comenzar por el inicio.
Bueno, hace tiempo atrás había comenzar a realizar un sondeo por conocer a más de las joyas que están activas en la ciudad, aclaro; cada uno tiene gustos distintos, y en este caso, Emilia figura como un gran atractivo vigente. Por lo anterior, acabando de llegar a pisar suelo tapatío, me puse en contacto con ella, aclaramos dudas sobre servicios adicionales y le pedí amablemente que se fuera vestida de la misma forma en que exhibió en su Twitter.
Debo aclarar que nunca desaparece el nerviosismo del tintineo del teléfono avisando “Disculpe, espera a alguien”. Y es así como empieza la historia de nuestro encuentro.
Como siempre, fiel a mi forma de emplear el tiempo pactado, solicité la habitación con Jacuzzi, preparé todo antes de la llegada, y mi sorpresa fue cuando llegó vestida tal cual lo solicité. Fue algo impactante (vestido corto, entallado negro, espalda descubierta, tacones altos y medias negras), las curvas que embellecían su lindo rostro inmediatamente encendieron las llamas de mi entrepierna.
Poco a poco entre la plática comenzamos la disputa carnal que fue subiendo poco a poco. La vestimenta que nos cubría el cuerpo fue cayendo como las hojas en un otoño maduro e inicie haciendo mío ese santuario que desprendía olor delicado y delicioso. Una escala en sus labios, luego bajar por el cuello a los grandes frutos suaves, después al vientre como de pan recién horneado, y al final en la fuente de néctar bendito. Me estacioné un momento, y seguía usando todos mis recursos para seguir provocando reacciones agradables que culminasen en expulsar el veneno que se acumulaba en mi organismo.
La atención a mi persona fue inmejorable, desde los intercambios orales, la interacción de ambas lenguas, la atención a mi carne, y yo a la suya. Encontramos la comunión en el esfuerzo de causarnos cascadas de placer. La primer reyerta culminó, y después de un breve descanso reanudamos la confrontación para dar lugar al relajamiento en el remanso del Jacuzzi.
Fue momento de una buena plática de nuestras vidas, y para sorpresa de mi causa, encontramos puntos en común tanto de mi trabajo, como de sus otras actividades laborales.
El goce siguió en ese lugar con jugueteos, y luego regresamos al territorio donde quedó el rastro de nuestras batallas.
La lanza de carne volvió a revivir después del cachondeo, nos preparamos para montar a la bella Emilia desde atrás y así invadimos el paraíso sombrío que se volvió un torrente de placer. La vista desde esa perspectiva es fantástica. Los movimientos, el sonido que emana de su bella boca, la interacción verbal, los gestos de placer; todo ese se combinó en la mezcla idónea que me hizo olvidar tanto tiempo ausente en el mundo del placer.
Tuvimos un último episodio entre nosotros, y después de eso llegó el maldito tiempo que hizo de las suyas.
El regaderazo de rigor, la vestimenta que poca falta nos hizo durante el tiempo y nos despedimos con un delicioso beso entre dos almas que parecían haberse conocido en algún punto del pasado.
Conclusión:
Si es recomendable porque existe compromiso desde que ella toma la iniciativa. Es una mujer que se adapta y busca exprimir hasta la última gota de veneno. Es más bella en persona, y su cuerpo bien trabajado deja constancia de su capacidad pasional. Es necesario conocerla para probar un fragmento del edén.
Sin otro asunto que atender, se despide de ustedes, Stefan Volich.
Supongo que debemos comenzar por el inicio.
Bueno, hace tiempo atrás había comenzar a realizar un sondeo por conocer a más de las joyas que están activas en la ciudad, aclaro; cada uno tiene gustos distintos, y en este caso, Emilia figura como un gran atractivo vigente. Por lo anterior, acabando de llegar a pisar suelo tapatío, me puse en contacto con ella, aclaramos dudas sobre servicios adicionales y le pedí amablemente que se fuera vestida de la misma forma en que exhibió en su Twitter.
Debo aclarar que nunca desaparece el nerviosismo del tintineo del teléfono avisando “Disculpe, espera a alguien”. Y es así como empieza la historia de nuestro encuentro.
Como siempre, fiel a mi forma de emplear el tiempo pactado, solicité la habitación con Jacuzzi, preparé todo antes de la llegada, y mi sorpresa fue cuando llegó vestida tal cual lo solicité. Fue algo impactante (vestido corto, entallado negro, espalda descubierta, tacones altos y medias negras), las curvas que embellecían su lindo rostro inmediatamente encendieron las llamas de mi entrepierna.
Poco a poco entre la plática comenzamos la disputa carnal que fue subiendo poco a poco. La vestimenta que nos cubría el cuerpo fue cayendo como las hojas en un otoño maduro e inicie haciendo mío ese santuario que desprendía olor delicado y delicioso. Una escala en sus labios, luego bajar por el cuello a los grandes frutos suaves, después al vientre como de pan recién horneado, y al final en la fuente de néctar bendito. Me estacioné un momento, y seguía usando todos mis recursos para seguir provocando reacciones agradables que culminasen en expulsar el veneno que se acumulaba en mi organismo.
La atención a mi persona fue inmejorable, desde los intercambios orales, la interacción de ambas lenguas, la atención a mi carne, y yo a la suya. Encontramos la comunión en el esfuerzo de causarnos cascadas de placer. La primer reyerta culminó, y después de un breve descanso reanudamos la confrontación para dar lugar al relajamiento en el remanso del Jacuzzi.
Fue momento de una buena plática de nuestras vidas, y para sorpresa de mi causa, encontramos puntos en común tanto de mi trabajo, como de sus otras actividades laborales.
El goce siguió en ese lugar con jugueteos, y luego regresamos al territorio donde quedó el rastro de nuestras batallas.
La lanza de carne volvió a revivir después del cachondeo, nos preparamos para montar a la bella Emilia desde atrás y así invadimos el paraíso sombrío que se volvió un torrente de placer. La vista desde esa perspectiva es fantástica. Los movimientos, el sonido que emana de su bella boca, la interacción verbal, los gestos de placer; todo ese se combinó en la mezcla idónea que me hizo olvidar tanto tiempo ausente en el mundo del placer.
Tuvimos un último episodio entre nosotros, y después de eso llegó el maldito tiempo que hizo de las suyas.
El regaderazo de rigor, la vestimenta que poca falta nos hizo durante el tiempo y nos despedimos con un delicioso beso entre dos almas que parecían haberse conocido en algún punto del pasado.
Conclusión:
Si es recomendable porque existe compromiso desde que ella toma la iniciativa. Es una mujer que se adapta y busca exprimir hasta la última gota de veneno. Es más bella en persona, y su cuerpo bien trabajado deja constancia de su capacidad pasional. Es necesario conocerla para probar un fragmento del edén.
Sin otro asunto que atender, se despide de ustedes, Stefan Volich.