evilunleashed
Nuevo
- Nombre / Agencia
- Mexicalxingo
- Contacto
- 3312547786
- Precio
- 350
- Tiempo acordado
- 30 min
- Forma de pago
- Efectivo
- Rostro
- 3,00 estrella(s)
- Busto
- 3,00 estrella(s)
- Cuerpo
- 3,00 estrella(s)
- Actitud
- 5,00 estrella(s)
- Edad aproximada
- 25
- Trasero
- 5,00 estrella(s)
- Besos
- Picos
- Oral
- 4,00 estrella(s)
- Atención a los huevos
- No
- Oral con baba
- Si
- Oral a ella
- No
- Oral natural
- Extra 300
- Anal
- No pregunte
- Desempeño Sexual
- 5,00 estrella(s)
- Repetirías/Recomendada?
- Si
De vuelta a las andadas: aventura con Dasha
¡Qué tal, compas! Ya me había alejado un poco, pero el foro siempre me jala de regreso, me prende y me pone a buscar nuevas aventuras. Hoy les traigo la reseña de mi encuentro con Dasha.
D
Estaba bien prendido, navegando el foro, leyendo reseñas y buscando una joyita para alegrarme el día. Quería algo rápido, una casita de confianza y, de paso, algo para alimentar el cuerpo. Me puse a buscar jovencitas y me di un tour por ahí.
Primera parada: intenté con Jimena en Cristal, en Mediano. Toqué, me pasaron, pero el desfile fue un fiasco. Solo había tres señoras, ninguna me llamó la atención. Jimena, la que buscaba, no estaba. Me fui sin servicio. Me dijeron que le mandara mensaje en la tarde, pero nada, no se armó. Esto fue como a la 1 de la tarde.
Regresé al jale, pero ya a eso de las 7 p.m. me dio el segundo aire. Me lancé a buscar a Gali en Miroslava. Llego, toco, y la señora que me recibe me suelta que Gali se cambió a Washington. ¡Pum! Otro strike. Pero no me di por vencido, quería encontrar unos huesitos que valieran la pena.
Decidí probar con Adara en Mexicalxingo. Como ya era tarde y las estéticas y casitas cierran temprano, mandé mensaje primero para no ir al puro loco. Me responden que solo estaba Dasha. Leí una reseña donde hablaban bien de su servicio, así que, después de tanto buscar, dije “va, órale”. Les pedí que me esperaran y aceptaron.
Llegué casi a las 8 p.m. al barrio del centro. La zona de noche está medio oscura, con poca luz, pero la ventaja es que está cerca del tren. Toco, me abre Dasha. Es una morra joven, delgada, con brackets, buena onda. Me pregunta si tenía cita, le digo que soy el de la reservación por celular, y pa’dentro.
El lugar: La neta, la casa está muy descuidada. Le urge una remodelación. Los que ya han ido saben de qué hablo. Subo las escaleras a la habitación: una cama, una ventana, y cero baño. Simple, pero funcional.
Dasha llega, me dice con una voz bien chida: “Ponte cómodo”. Pago el servicio y, como siempre, le doy un detallito simbólico: un chocolate. A todas las mujeres les caen bien esos gestos, y ella me lo agradece con una sonrisa que te levanta el ánimo.
Me quito la camisa, pero no me acuesto, me quedo de pie. Empezamos el cachondeo. La volteo de espaldas y comienzo a acariciar su piel, que se siente suavecita, se nota la juventud. Mientras la toco, platicamos tranqui: qué haces, a qué te dedicas, lo normal. Siempre me gusta charlar un poco para romper el hielo.
Detalles de Dasha:
Piernas: Delgadas, torneadas, traía tacones que las hacían lucir más.
Culo: Firme, delgadito pero paradito.
Chichis: Chiquitas, pero ricas.
Abdomen: Tiene marcas de haber sido madre, pero se ve bien.
Olor: Huele rico, todo limpio.
Mientras la acariciaba, se me empezó a parar. Le repegaba la herramienta en las nalgas, y ella se movía sabroso, agarrándome con ganas. Me limpia, me pone el condón y me da una mamada de lujo, sin peros, bien entregada.
La pongo en cuatro y a darle. Su puchita aprieta chido, se mueve rico y gime de una forma que te prende más. No es de las que se queda estática, ella le pone ganas y se da solita. Luego la cambio a misionero, y la neta, no aguanté mucho. Terminé, ella se limpia, me limpia, y todo mientras seguimos platicando de cosas triviales. Me espera a que me arregle, se despide con buena vibra, y pa’fuera.
Veredicto: Dasha es una gran opción si buscas una morra joven, con buena actitud y que se rifa en el servicio. El lugar no es el mejor, pero ella compensa con creces. Si quieren una experiencia chida y sin complicaciones, apúntenle con Dasha. ¿Repetiría? Claro, con esa actitud, ¡cómo no!
¡Qué tal, compas! Ya me había alejado un poco, pero el foro siempre me jala de regreso, me prende y me pone a buscar nuevas aventuras. Hoy les traigo la reseña de mi encuentro con Dasha.
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Estaba bien prendido, navegando el foro, leyendo reseñas y buscando una joyita para alegrarme el día. Quería algo rápido, una casita de confianza y, de paso, algo para alimentar el cuerpo. Me puse a buscar jovencitas y me di un tour por ahí.
Primera parada: intenté con Jimena en Cristal, en Mediano. Toqué, me pasaron, pero el desfile fue un fiasco. Solo había tres señoras, ninguna me llamó la atención. Jimena, la que buscaba, no estaba. Me fui sin servicio. Me dijeron que le mandara mensaje en la tarde, pero nada, no se armó. Esto fue como a la 1 de la tarde.
Regresé al jale, pero ya a eso de las 7 p.m. me dio el segundo aire. Me lancé a buscar a Gali en Miroslava. Llego, toco, y la señora que me recibe me suelta que Gali se cambió a Washington. ¡Pum! Otro strike. Pero no me di por vencido, quería encontrar unos huesitos que valieran la pena.
Decidí probar con Adara en Mexicalxingo. Como ya era tarde y las estéticas y casitas cierran temprano, mandé mensaje primero para no ir al puro loco. Me responden que solo estaba Dasha. Leí una reseña donde hablaban bien de su servicio, así que, después de tanto buscar, dije “va, órale”. Les pedí que me esperaran y aceptaron.
Llegué casi a las 8 p.m. al barrio del centro. La zona de noche está medio oscura, con poca luz, pero la ventaja es que está cerca del tren. Toco, me abre Dasha. Es una morra joven, delgada, con brackets, buena onda. Me pregunta si tenía cita, le digo que soy el de la reservación por celular, y pa’dentro.
El lugar: La neta, la casa está muy descuidada. Le urge una remodelación. Los que ya han ido saben de qué hablo. Subo las escaleras a la habitación: una cama, una ventana, y cero baño. Simple, pero funcional.
Dasha llega, me dice con una voz bien chida: “Ponte cómodo”. Pago el servicio y, como siempre, le doy un detallito simbólico: un chocolate. A todas las mujeres les caen bien esos gestos, y ella me lo agradece con una sonrisa que te levanta el ánimo.
Me quito la camisa, pero no me acuesto, me quedo de pie. Empezamos el cachondeo. La volteo de espaldas y comienzo a acariciar su piel, que se siente suavecita, se nota la juventud. Mientras la toco, platicamos tranqui: qué haces, a qué te dedicas, lo normal. Siempre me gusta charlar un poco para romper el hielo.
Detalles de Dasha:
Piernas: Delgadas, torneadas, traía tacones que las hacían lucir más.
Culo: Firme, delgadito pero paradito.
Chichis: Chiquitas, pero ricas.
Abdomen: Tiene marcas de haber sido madre, pero se ve bien.
Olor: Huele rico, todo limpio.
Mientras la acariciaba, se me empezó a parar. Le repegaba la herramienta en las nalgas, y ella se movía sabroso, agarrándome con ganas. Me limpia, me pone el condón y me da una mamada de lujo, sin peros, bien entregada.
La pongo en cuatro y a darle. Su puchita aprieta chido, se mueve rico y gime de una forma que te prende más. No es de las que se queda estática, ella le pone ganas y se da solita. Luego la cambio a misionero, y la neta, no aguanté mucho. Terminé, ella se limpia, me limpia, y todo mientras seguimos platicando de cosas triviales. Me espera a que me arregle, se despide con buena vibra, y pa’fuera.
Veredicto: Dasha es una gran opción si buscas una morra joven, con buena actitud y que se rifa en el servicio. El lugar no es el mejor, pero ella compensa con creces. Si quieren una experiencia chida y sin complicaciones, apúntenle con Dasha. ¿Repetiría? Claro, con esa actitud, ¡cómo no!